Algo me dice que la voz de tus ojos es más profunda que todas las rosas.

miércoles, 6 de julio de 2011

Eres todo lo que quiero.


Como un cigarro para un fumador. Como ese último sorbo de ginebra para un alcohólico. Eres pura adicción. Eres como esas mañanas de sol en invierno, como esos soplos de viento en verano. Eres el placer de tocar el suelo con los pies descalzos o el lado más frío de la cama en verano. Eres todo lo bueno y todo lo malo. Eres todo lo que me hace bien y a la vez mal. Eres lo que quiero, y lo que no quiero. Muchas veces te conviertes en algo más que todo eso. Te conviertes en pura adicción. Algo más, algo fuerte, ajeno a los sentidos. Eres todo eso que te hace desvariar. Eres justo lo que quiero.